Taxidermia
en las aves:
Se refiere
solamente a la preparación de las pieles o cubierta exterior de las aves,
cuando en el sentido lato se propone conservarlos y presentarlos en la forma y
actitud más semejantes a las usuales en su vida.
Práctica de la taxidermia en las aves
Exige una
limpieza previa empleando para ello la esencia de trementina, el alcohol de 90
grados, el aceite de oliva, y la potasa cáustica. Es preciso inspeccionar
cuidadosamente el plumaje, para despistar los indicios de descomposición
cadavérica, anotando también los caracteres exteriores y tomando las medidas de
longitud desde el pico a la cola. Se tendrán siempre presente los colores, en
especial de ciertas regiones, picos, patas, pues son los que mayor carácter
comunican al ejemplar, para restaurarlo de nuevo si así conviene.
Disecación de la piel
Antes de la
disección de la piel es absolutamente de rigor vaciar el buche y rellenar la
boca y aberturas nasales con algodón, espolvoreando con yeso. El pico debe
cerrarse mediante un hilo que, pasado por las fosas nasales, vaya a anudarse
debajo del maxilar inferior.
La incisión
inicial se practica colocando el ave boca arriba, y separando las plumas de la
pared abdominal con la mano izquierda, mientras con la derecha se efectúa aquella
desde la punta del esternón hasta dos centímetros por delante del ano. Es
necesario no rebasar los límites del tejido cutáneo, puesto que, una vez
incendia la delgada capa muscular subyacente, saldrían los intestinos, lo que
estorbaría la operación.
Se coloca en
el ejemplar en posición supina en la tablilla de preparación es en este caso de
gran utilidad, sujetando la cabeza con el hilo de Gestro o que pasa por ambas
fosas nasales. Disponerse las extremidades a cada lado y sujetan al aparato,
permaneciendo el cuerpo en posición oblicua.
Técnica de preparación
En este
tiempo exige grandes cuidados, separando la piel e introduciendo sucesivamente
el escalpelo entre la
piel y la carne, de modo que actúe a la vez en forma de cuña, al llegar hasta
la última vértebra sacra se invierte la piel, dejándola adherida a dicha
vértebra, disecándola con los dedos y llegando con el mango del escalpelo hasta
las articulaciones húmerocúbitorradiales o del codo. Ya en ellas, debe
proseguir la desarticulación y la inversión de la piel hasta la base del pico.
La piel de las orejas y las conjuntivas palpebrales se han de disecar con el
mayor cuidado para no ensanchar las aberturas.
Se separa el
tronco de la cabeza para la articulación occípitoatloidea, agrandando el
agujero occipital por la base del cráneo y extrayendo la masa encefálica con
sus meninges. Se limpiarán cuidadosamente las fosas nasales y se enuclearán los
ojos. Una vez limpio el cráneo se espolvoreará en yeso y se sumergirá en cera
virgen en ebullición, que rellanará luego todas las fosas y cavidades,
restaurando la forma y volumen primitivos de la cabeza. Los ojos se aplican
entonces con facilidad por la blandura de dicha substancia. La piel de la
cabeza y cuello debe reinvertirse, teniendo sumo cuidado en las plumas de este,
ya que se desprenden con facilidad.
Preparación de las alas
Exige
invertir la piel hasta el metacarpo, desprendiendo del radio las plumas grandes con cuidado y extrayendo luego
el tejido muscular. Este último se extraerá también en la tibia y el peroné, lo propio en le tarso, mientras en la región caudal se seguirá de igual
modo procurando no agrandar el orificio del ano. Si el ave es de plumaje muy
fino se practicará la incisión en la cara dorsal, y si hay secreción natural
grasienta se hará uso del yeso con almidón pulverizado.
Montaje
El montaje
de las aves requiere de la introducción del alambre de modo que las
extremidades del mismo vengan a salir por las alas, cabezas, patas y cola,
evitando todo contacto con la piel lo que significa forrar antes con la estopa la parte central.
Se
introducirá el alambre que representa el eje principal, de modo que al llegar a
las alas se forme una argolla, y al pasar de un extremo a otro de ala y cruzar
con el anterior se forme otra argolla que enlaza con la primera. El mismo
procedimiento se seguirá en el alambre correspondiente a las piernas. El
preparador se servirá siempre de la lima para adelgazar la punta del alambre en
todas las operaciones. Una vez haya atravesado el cráneo, se abrirá salida por
el hueso frontal.
A la montura
del cuello y cabeza corresponde la de las alas, arremangando el húmero todo lo posible e introduciendo el alambre junto al hueso hasta salir por
la punta del ala. Es preciso mantener abierta las alas hasta que se ha
efectuado la montura de las piernas. Si se desea representar el animal con las
alas plegadas, es necesario emplear un alambre delgado, debiendo ser grueso en
el caso contrario, o sea con las alas extendidas.
Para montar
las piernas se arremangará el fémur, pasando un alambre por la parte posterior de los huesos hasta que salga
por el talón y, más o menos, según la forma en que quiera disponerse el
ejemplar. La montura de la extremidad caudal se efectuará a semejanza de la del
cuello y cabeza, introduciendo el alambre entre las plumas de la cola hasta que
salga por su parte posterior.
Relleno
La
preparación de las sustancia para remplazar las partes orgánicas separadas se
denomina relleno. Se coloca el ejemplar en la tablilla de preparación, debe
permanecer abierta la incisión de la piel de modo que penetre fácilmente la
sustancia rellenadora. Se iniciará el relleno partiendo desde el ano hasta la
base del cuello. Es preciso operar primero en la parte superior y luego en la
parte inferior, dando al ejemplar la forma en cada caso. Para comprimir las
materias se utiliza un palo, un alambre, reuniendo las partes separadas
mediante una sutura conveniente.
Fabricación de los ojos
La
fabricación de los ojos artificiales implica una mesa de esmaltar, provista,
además, de lámpara y de soplete. Se necesitan pinzas de dos clases: planas y
redondeadas. Las primeras sirven para sostener el esmalte y activar la llama, y
las segundas poseen un aro que las mantiene apretadas para sostener el alambre
moldeador de ojos artificiales cuando, además de los instrumentos que se acaban
de citar, se dispone de pequeñas piezas de esmalte de forma cilindroide y
colores variados, lo propio que de fragmentos de cristal que una vez fundidos a
la lámpara adquieren también la forma cilindroide apetecida. Es condición
indispensable al fundir el cristal que no queden burbujas de aire. La mesa de
esmaltar deberá situarse en un aposento oscuro para que no se altere la
preparación por los rayos luminosos. En cuanto a la llama, debe ser viva y
clara para mantener los colores de esmalte. Una vez encendida, se dirige la
punta del soplete al centro de la llama, conduciendo el aire del fuelle. Así
produce una luz clara y azulada aplicándole el vidrio o esmalte que se desea
fundir.
Preparación de los ojos pequeños
Se hace con
pinzas o tenazas redondas, que se tomarán con un pequeño alambre, mientras que
con la otra mano se sujeta un cilindro de esmalte mediante las otras pinzas. Se
aproximarán simultáneamente a la llama el alambre y el cilindro, y a medida que
este se irá fundiendo se aplicará sobre la extremidad libre del alambre en cantidad
mayor o menor, según el tamaño del ojo que se desea.
Formación de la pupila
Se hace
aplicando en el centro del ojo una pequeña cantidad de esmalte fundido,
colocándolo de nuevo al fuego hasta que la pupila y el ojo formen una sola
masa. Se aplica inmediatamente una nueva capa de vidrio en la mayor parte del
ojo, para darle brillo y transparencia convenientes. Para obtener el iris se
valdrá el operador de una pequeña porción de esmalte fundido del color que se
requiera, aplicándolo alrededor de la pupila y sometiéndolo al fuego para su
mejor coaptación
- Fuente http://www.ecured.cu/index.php/Taxidermia_en_las_aves
- Enciclopédia Universal Ilustrada. Suplemento
anual, 1934.
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